Un estudio dirigido por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio reveló que en las mujeres menopáusicas, los niveles altos de cortisol asociados al estrés pueden estar relacionados con la enfermedad de Alzheimer.
Las mismas asociaciones no se han vinculado con los hombres en los estudios.
La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de deterioro cognitivo en los adultos mayores.
"Los resultados resaltan la importancia de identificar factores de riesgo tempranos cuando los biomarcadores son detectables pero el deterioro cognitivo está ausente", dijo Arash Salardini, MD, profesor asociado de neurología cognitiva y conductual en el Instituto Glenn Biggs para el Alzheimer y Enfermedades Neurodegenerativas en UT Health San Antonio.
Los investigadores descubrieron que es fundamental considerar el sexo y el estado hormonal para comprender la enfermedad de Alzheimer. Su investigación sugiere que, en el caso de las mujeres en riesgo, la reducción del estrés y las intervenciones hormonales podrían mantener a raya el Alzheimer.
El cortisol se conoce a menudo como la "hormona del estrés", ya que desempeña un papel fundamental en la respuesta del cuerpo al estrés. Es producido por las glándulas suprarrenales y es una hormona esteroide. Sus niveles aumentan cuando el cuerpo percibe un factor estresante.
El cortisol también ayuda al cuerpo a lidiar con el estrés aumentando el nivel de azúcar en sangre y mejorando la función cerebral para preparar al cuerpo para una acción inmediata, como en una situación de lucha o huida.
Sin embargo, cuando los factores estresantes están siempre presentes y la reacción de lucha o huida se mantiene durante períodos prolongados, surgen innumerables problemas.
La activación a largo plazo de la respuesta al estrés y la exposición excesiva al cortisol o incluso a otras hormonas del estrés pueden conducir a un mayor riesgo de problemas de salud.
La investigación también mostró que las mutaciones en las hormonas que tienen efectos antiinflamatorios o inmunosupresores señalaban “vías que aumentan la susceptibilidad a la enfermedad de Alzheimer”.
Estudios adicionales informaron que “los niveles elevados de cortisol en sangre se relacionan con una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad”. Sin embargo, identificar tempranamente los factores de riesgo es clave.
Los investigadores de este estudio descubrieron que podían investigar el impacto del cortisol en una etapa más temprana de la enfermedad de Alzheimer, donde las intervenciones aún podrían ser efectivas.
Lea más sobre el estudio aquí.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom.
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