El Capítulo 170A del Código de Salud y Seguridad de Texas prohíbe totalmente los abortos, excepto en determinadas circunstancias. Existe una excepción para situaciones en las que esté en riesgo la vida o la salud de la paciente embarazada. Para que se aplique la excepción, se deben cumplir estos factores:
- Un médico autorizado debe realizar el aborto.
- La paciente debe tener una condición potencialmente mortal y estar en riesgo de fallecer o sufrir el "deterioro sustancial de una función corporal importante" si no se realiza el aborto. ("El deterioro sustancial de una función corporal importante" no está definido en la ley).
- El médico debe intentar salvar la vida del feto a menos que esto aumente el riesgo de deceso o el deterioro de la paciente embarazada.
Si un médico en Texas no cumple con estas condiciones, enfrentará un posible arresto, cadena perpetua y la pérdida de su licencia médica. La confusión sobre las condiciones establecidas para esas duras penas ha significado que esas excepciones realmente no funcionen. Eso es lo que Amanda Zurawski expuso a la Junta Médica de Texas el mes pasado.
“Casi muero como resultado de que me negaron la atención médica básica que necesitaba mientras estaba embarazada de mi bebé desesperadamente deseado,” detalló Zurawski mientras testificaba durante una audiencia pública en línea de cinco horas sobre las reglas propuestas por la Junta Médica de Texas que podrían aclarar la confusión entre los médicos sobre cómo interpretar las nuevas leyes para el aborto.
Ella le contó a la junta lo que le sucedió y cómo los médicos temían las repercusiones por realizarle un aborto médicamente necesario, y que la inacción casi le quitó la vida.
“En el verano de 2022, recibí la aplastante noticia de que mi esposo Josh y yo íbamos a perder a nuestra hija de 18 semanas. En ese momento, mi médico debería haber podido inducir el parto para que yo pudiera dar a luz a nuestra hija y comenzar a sanar tanto física como emocionalmente," describió Zurawski. "Pero con la forma en que está redactada la ley en Texas actualmente, una inducción habría considerado un aborto ilegal mientras el corazón del bebé aún estuviera latiendo. Así que tuve que esperar hasta sufrir un shock séptico, literalmente a las puertas de la muerte, antes de que mi equipo de atención médica pudiera brindarme la atención que merecía y necesitaba. En menos de 10 minutos, pasé de estar físicamente bien a ser consumida por una infección mortal que casi me mata,” continuó.
Zurawski recalcó que su emergencia médica podría haberse evitado y que solo sobrevivió gracias a la rápida acción del personal médico. Pero si las nuevas reglas propuestas hubieran estado vigentes en ese momento, es posible que no hubiera sobrevivido.
“Las regulaciones que usted propone no aclaran nada y solo complican aún más la capacidad del paciente para acceder a la atención médica. Se ha creado efectivamente una lista de verificación detallada que los médicos deben cumplir antes de brindar tratamiento, que en muchos casos podría salvar vidas,” explicó.
Zurawski fue el demandante principal en un reclamo que impugnaba las restrictivas leyes de aborto de Texas. A fines del mes pasado, la Corte Suprema de Texas, controlada por Republicanos, rechazó por unanimidad el fallo de impugnación de que las excepciones médicas en la ley eran lo suficientemente amplias.
Sin embargo, el Tribunal pidió a la Junta Médica de Texas que emita una guía que ayude a los médicos a comprender cuándo se puede administrar un aborto sin infringir la ley. Pero durante la audiencia pública hubo muchas quejas.
"He revisado la regulación y, en mi opinión profesional, todos ustedes, no son viables," señaló el Dr. Austin Dennard, un obstetra-ginecólogo de Dallas que tuvo que abandonar Texas para interrumpir su embarazo debido a una anomalía fetal con consecuencias mortales. Ella testificó que los requisitos de documentación propuestos harán que su trabajo sea casi imposible.
“Estas reglas propuestas me obligan a considerar muchas alternativas onerosas y, en muchos casos, imposibles al aborto, y al mismo tiempo dejo en riesgo la vida de mi paciente,” expresó.
El Dr. Todd Ivey, un obstetra y ginecólogo con sede en Houston que también testificó el mes pasado, argumentó que espera que la Junta Médica de Texas esté escuchando.
“Les dimos muchos comentarios realmente buenos e importantes. Y creo que algunas de las cosas que espero que hayan escuchado fueron, número uno, que este cambio de reglas propuesto realmente no nos aclara mucho,” anotó Ivey.
Ivey agregó que la junta médica quiere que los médicos cumplan con el estándar de "juicio médico razonable," pero no está claro qué significa eso.
“Ahora bien, no se debe sujetar a un estándar de certeza médica porque no puede ser así, es posible que los proveedores no se pongan de acuerdo sobre un único plan de acción. No debe limitarse a considerar únicamente eventos adversos que ocurrirán sin una acción. No debería requerir esperar hasta que la madre esté en peligro inminente de muerte o discapacidad,” precisó Ivey.
Bee Moorhead es la directora ejecutiva de Texas Impact, una red religiosa con raíces firmes. Ella está pidiendo a la Junta Médica que brinde a los médicos las herramientas que necesitan para hacer las mejores recomendaciones a sus pacientes, pero señala que “no pueden cambiar la ley. Y la ley es lo que crea esta excepción increíblemente estrecha.”
Cualquier regla que finalmente proponga la Junta Médica de Texas aún podría enfrentar desafíos. La prueba definitiva será si los médicos de Texas obtienen garantías de que pueden hacer su trabajo y salvar vidas realizando abortos médicamente necesarios sin temor a ser arrestados.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom.
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