© 2024 Texas Public Radio
Real. Reliable. Texas Public Radio.
Play Live Radio
Next Up:
0:00
0:00
0:00 0:00
Available On Air Stations

La 'extraña' política de una prisión de Texas mantiene a algunas mujeres en bata y en aislamiento

PIXABAY CC0 PUBLIC DOMAIN /

Lee esta historia en inglés.

El otoño pasado, las reclusas en la Detención de Seguridad del Departamento de Justicia Criminal de Texas, también conocida como confinamiento solitario, salieron a la calle durante su recreación permitida al aire libre.

El reclusorio está en Gatesville, Texas, aproximadamente a una hora al oeste de Waco. Las temperaturas de la mañana ya estaban bajando a los 30 grados, y algunas de las mujeres no tenían nada más que atuendos asignados por el estado. Para las mujeres solitarias, eso es una bata blanca.

A las mujeres en las prisiones de Texas alojadas en confinamiento solitario, que habitan en una celda pequeña durante más de 22 horas al día, se les entregan batas y ropa interior. A los hombres alojados en un confinamiento similar se les entrega un uniforme de dos piezas. La política, que ha sido calificada como "extraña" por investigadores penitenciarios, ha generado críticas sobre el trato de las mujeres, acusaciones de humillación y preguntas sobre la dignidad humana fundamental.

Aunque hacía frío afuera ese día de otoño, el año pasado, las mujeres en la Unidad Murray agradecieron cualquier cambio de ambiente. Pero algunas necesitaban más capas de ropa para evitar el frío.

“Salí con tres pares de calcetines, dos camisetas, dos tops térmicos, un pantalón térmico, dos batas cortas y una toalla envuelta alrededor de mi cabeza”, escribió Kwaneta Harris en una queja oficial.

Ella denunció que las prisioneras no tenían acceso a chaquetas de invierno adecuadas. Harris, quien fue condenada por homicidio en 2009, dijo que las mujeres tampoco tenían los jerséis ni las cobijas que alguna vez les dieron.

Según TDCJ, cuando las mujeres llegan al centro de detención, se les da una bata.

También se les permite un cambio diario de calcetines y ropa interior. Pueden comprar una toalla de baño y ropa para el exterior, incluidos pantalones y una camisa o un overol. También reciben artículos de temporada, como camisetas térmicas y chaquetas. Todo menos la bata debe comprarse en el dispensario, dejando a las mujeres indigentes en solitario con solo esa prenda.

Además de estar en sus celdas, las presas en régimen de aislamiento pasan breves períodos de tiempo en los pasillos mientras son transportadas a las regaderas, la atención médica y su recreación al aire libre.

La única vez que a las mujeres presas en solitario se les da otra prenda de vestir es cuando tienen una visita. En ese momento, reciben un jumper. Deben devolver el jumper al final de sus visitas.

El año pasado, las restricciones relativas a la ropa se endurecieron. Gonzalo Lopez, un hombre en confinamiento solitario de TDCJ, escapó mientras era transportado en un autobús de la prisión. Durante tres semanas delinquió cobrando al final la vida de una familia de cinco. Después de eso, se llevó a cabo una revisión de lo que los reclusos en detención de seguridad podían conservar.

Harris expuso que comenzaron a quitarles ropa extra a raíz del problema de Lopez. “Confiscaron todas nuestras botas de $25 que compramos: chaquetas, overoles, cobijas. Tenemos cobijas y ahora debemos compartir chaquetas. No se nos permite tenerlas en nuestra celda”, explicó.

Los funcionarios de TDCJ detallaron que si bien revisaron qué artículos se podían guardar en las celdas, no les quitaron la ropa. “Las prisioneras asignadas a viviendas restrictivas reciben una bata de tela y ropa interior. Esto no está relacionado con la fuga de Lopez”, aclaró Robert Hurst, un vocero, en un correo electrónico.

Hurst puntualizó que la política siempre ha sido así y nada ha cambiado. A las mujeres se les dieron batas, eso es todo.

Pero la política de obligar a las mujeres a usar batas en confinamiento solitario, en lugar de los uniformes de dos piezas que usan más de 3,000 hombres en las mismas condiciones de detención, está fuera de la norma que se sigue en otras prisiones del país.

“Hasta donde yo sé, este es el único estado en el que he oído hablar de esto. Esta es la primera vez que escucho sobre esto”, afirmó Vivian Aranda-Hughes, profesora de criminología en la Universidad de Colorado, que se enfoca en mujeres encarceladas.

Pero no fue sólo su opinión. Aranda-Hughes llamó a varios otros investigadores. “Casi todos se sorprendieron [o] no me creyeron, tuve que decirlo dos veces. Un par de personas dijeron: 'Nos debe estar faltando algo'”, explicó Aranda-Hughes.

TDCJ se negó a proporcionar a TPR una justificación adicional.

Cuando se les preguntó por qué a las mujeres se les entregaron batas y a los hombres uniformes, los funcionarios no hicieron más comentarios. Un portavoz respondió que esa ha sido la política en Texas durante al menos una década.

No dieron información adicional y no produjeron una política escrita, a pesar de una solicitud de registros públicos, porque dijeron que no existe una de código de vestimenta para mujeres en celdas o confinamiento solitario.

“No es justo que no se permitiera ninguna ropa en nuestras celdas, excepto una bata gruesa, pesada y caliente”, comentó Sara Arambula, también presa en la Unidad Murray.

En general, la política afecta a muy pocas mujeres, unas 31, actualmente, pero, dejando de lado los números, es preocupante, dijo Michele Deitch, directora del Laboratorio de innovación de prisiones y cárceles de la Universidad de Texas en Austin.

“Tengo problemas para encontrar una justificación que no sea un esfuerzo por humillarlas y hacerlas sentir menos que seres humanos”, opinó.

El uso de ropa en prisión para avergonzar o sancionar no es nada nuevo, agregó Deitch. Joe Arpaio, el alguacil del condado de Maricopa que encarcelaba a los presos en una cárcel formada por tiendas de campaña bajo el sol abrasador de Arizona, también les obligaba a usar ropa interior color rosa.

“¿Cómo se sentiría alguien si estuviera usando un camisón las 24 horas del día, los 7 días de la semana?” Ella cuestionó.

Los expertos agregaron que la política de batas podría tener la intención de ser un elemento disuasorio, desincentivar a las mujeres para que no sean recluidas en solitario. A diferencia de los hombres, la mayoría de los cuales son enviados allí por ser miembros de una pandilla de la prisión que ha sido etiquetada como un grupo que amenaza la seguridad, las mujeres suelen ser recluidas en aislamiento como castigo.

Los críticos de la política explicaron que la práctica de hacer que las mujeres usen batas, o limitar sus opciones a las batas, también es preocupante porque las mujeres en régimen de aislamiento tienen tasas altísimas de enfermedades mentales. En Texas, más de dos tercios de las mujeres en aislamiento tienen un problema de salud mental.

“La enfermedad mental proviene de tasas realmente altas de abuso físico, sexual y emocional, incluso antes de cumplir 18 años, lo que continúa durante toda su vida”, aseveró Aranda-Hughes. “Y luego colocarlas en algo así como una unidad de vivienda restrictiva, donde están siendo supervisadas por hombres, tiene el potencial de volver a traumatizarlas”.

Ella dijo que muchos estados han adoptado políticas de no permitir que los hombres protejan a las mujeres en estas situaciones. Texas no lo ha hecho, lo que afecta a las mujeres allí.

“Los únicos hombres que están a nuestro alrededor son los hombres que trabajan aquí, y sí, se vuelve incómodo”, dijo Arámbula. Texas está entrando en otro verano y estas instalaciones no tienen aire acondicionado.

“Hace calor, y solo tienes una bata en tu celda, y [nosotros] te la quitamos. Entonces solo estás en bragas y sostén”, explicó Arámbula.

No se les permite cubrir sus puertas para tener privacidad. “Cuando me pongo el vestido”, dijo Harris, “me siento como un extra en 'The Handmaid's Tale'”.

Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom. 

TPR fue fundado y es apoyado por nuestra comunidad. Si usted valora nuestro compromiso con los más altos estándares de periodismo responsable y puede hacerlo, por favor considere hacer su regalo de apoyo hoy.

Paul Flahive can be reached at Paul@tpr.org