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El ensayo clínico para el primer fármaco contra el Alzheimer con efecto sobre el deterioro cognitivo busca reclutas en el sur de Texas

Doctors may eventually be able to diagnose "preclinical" Alzheimer's in patients who have abnormal brain scans but who aren't yet showing behavioral symptoms of the disease.
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Con el tiempo, los médicos podràn diagnosticar la enfermedad de Alzheimer en fase "preclínica" en pacientes que tienen escáneres cerebrales anormales pero que aún no muestran síntomas conductuales de la enfermedad.

Lee esta historia en inglés.

El Instituto Glenn Biggs para el Alzheimer y las Enfermedades Neurodegenerativas de UT Health San Antonio está participando en un ensayo clínico a nivel nacional para evaluar si un fármaco, el Lecanemab, puede prevenir o retrasar la aparición del Alzheimer en pacientes que aún no presentan síntomas.

Recientemente se descubrió que el Lecanemab, un anticuerpo, ralentizò el deterioro cognitivo en un 27% en las personas que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado en la Revista de medicina de Nueva Inglaterra (NEJM son sus siglas en inglès).

Ahora, en asociación con UTRGV, el Instituto Biggs es uno de entre docenas de centros de investigación de la enfermedad de Alzheimer en los EE. UU. que trabajan en un ensayo clínico para ver si el Lecanemab puede retrasar el deterioro cognitivo en aquellas personas que tienen los marcadores de la enfermedad de Alzheimer pero que aún no están experimentando síntomas. Esto se debe a que una proteína asociada con el Alzheimer, el amiloide, puede detectarse 10 o 20 años antes del inicio del deterioro cognitivo.

Juntos, están buscando voluntarios que cumplan con esos criterios entre las edades de 55 y 80 para que participen en el ensayo clínico.

El Dr. Arash Salardini es el Presidente Distinguido de la Fundación Klesse en Alzheimer y Enfermedades Neurodegenerativas y el investigador principal del ensayo clínico en el Instituto Biggs. Dijo que están probando el medicamento en pacientes que no experimentan síntomas de Alzheimer.

“Ahora lo que queremos hacer, y este también es un ensayo a nivel nacional, es aplicar esto antes de que las personas tengan síntomas, de modo que su sistema inmunológico esté funcionando al máximo”, señaló. "La idea es que si se puede detener este amiloide y eliminarlo antes de que las personas tengan algún síntoma, preservarán gran parte de su cognición".

Scientists have long sought a way to detect Alzheimer's before symptoms appear.
iStockphoto
Los científicos han buscado durante mucho tiempo una forma de detectar el Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas.

La esperanza, dijo Salardini, es que debido a que el sistema inmunitario aún está en su máxima capacidad en estos pacientes, el deterioro cognitivo se puede ralentizar aún más y producir resultados mejores.

Si bien el Lecanemab produjo resultados positivos para muchos de los participantes del ensayo clínico en el estudio NEJM, es importante tener en cuenta sus deficiencias y posibles daños.

El fármaco no pretende detener o revertir el deterioro cognitivo por completo, solo retrasarlo. El Lecanemab también conlleva algunos efectos secundarios potencialmente dañinos (inflamación cerebral y hemorragias cerebrales) como resultado de una anomalía de imagen relacionada con amiloide (ARIA son sus siglas en inglés). También hubo dos muertes de pacientes durante el estudio inicial de Lecanemab, o el 0.2% de los 898 pacientes que tomaban el fármaco.

Salardini reconoció que, si bien participar en el ensayo clínico ciertamente tiene ventajas (obtener acceso a un fármaco clínico para el Alzheimer y avanzar en la comprensión científica de la enfermedad), los voluntarios potenciales deben comprender que correrán un cierto nivel de riesgo.

“Tenemos mecanismos para tratar de mitigar que [suceda] y la vigilancia que hacemos para minimizar eso, pero no podemos minimizar [el riesgo] a cero”, advirtió Salardini.

Este ensayo clínico será un estudio doble ciego con alrededor de 1,400 pacientes. Un grupo de control de pacientes recibe un placebo y un grupo experimental de pacientes recibe Lecanemab. Ni los pacientes ni los investigadores sabrán quién recibe qué. Estos estudios doble ciego funcionan para evitar que el sesgo afecte el resultado, es un método riguroso de investigación.

Barbara Brannon
La Universidad de Texas Rio Grande Valley está participando en el ensayo clínico con el Instituto Glenn Biggs de UT Health San Antonio.

Salardini explicó que el Instituto Biggs es solo una pequeña parte del estudio y está buscando de 20 a 40 voluntarios del área del sur de Texas. Indicó que una gran ventaja de estar en el sur de Texas es que esperan atraer a más participantes latinos.

“La diversidad no es solo un tipo de política que estamos tratando de incluir, sino que en realidad hace que la ciencia sea aplicable a todas las poblaciones que fueron reclutadas”, afirmó. “Estamos… en la afortunada situación en la que tenemos una población mexicoamericana muy vital, muy dinámica y bastante educada aquí en San Antonio, y creo que tenerlos en el ensayo haría que los resultados fueran mucho más significativos”.

En otras palabras, todos los seres humanos tenemos un ADN casi idéntico, hay mucha más variación genética dentro de las razas y etnias, y no hay un base genética por raza. Pero las poblaciones diversas en estudios como estos son importantes porque las diferencias genéticas menores basadas en el origen geográfico pueden afectar la forma en que las enfermedades y los tratamientos afectan a ciertas poblaciones.

Salardini dejó en claro que es probable que el Lecanemab no sea un fármaco milagroso para curar el Alzheimer, y todavía hay muchas dudas entre los investigadores sobre la eficacia final de un fármaco como el Lecanemab, según un editorial de la revista científica The Lancet advirtió contra la exageración del impacto del fármaco por numerosas razones, como un costo potencialmente prohibitivo, efectos secundarios dañinos, dificultad para administrar el medicamento en países más pobres y si en realidad está ralentizando el deterioro cognitivo lo suficiente como para ser clínicamente significativo.

Pero en el mismo editorial, sus autores dijeron que el Lecanemab podría allanar el camino para nuevos medicamentos. Salardini estuvo de acuerdo.

“Otro de estos problemas intratables en una etapa fue el VIH”, dijo. “Pero una vez que encontraron el primer fármaco, que era AZT, tuvieron una buena idea de cuál era el mecanismo, por lo que pudieron generar terapias combinadas que ahora hacen que el VIH no sea una enfermedad aguda mortal, sino una condición crónica, algo manejable. Y ese es el tipo de cosas que queremos para el Alzheimer”.

CORRECCIÓN: una versión anterior de esta historia escribió mal los nombres de la Fundación Klesse y el Instituto Glenn Biggs para el Alzheimer y las Enfermedades Neurodegenerativas.

Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom. 

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