Han pasado casi dos años desde el tiroteo en Uvalde que causó la muerte de 19 niños y dos maestros, y tres de las madres de familia que perdieron a sus hijas todavía esperan que se haga justicia para ellas.
Jackie Cazares fue una de las niñas que fallecieron en el tiroteo en la escuela primaria Robb.
Casi cuatrocientos oficiales de policía respondieron a la emergencia, pero pasó más de una hora antes de que el tirador fuera detenido y neutralizado.
Gloria Cazares, la madre de Jackie, dice que su hija aún podría estar viva si la policía hubiera actuado más rápidamente.
Cazares dijo que se necesita hacer algún tipo de justicia y que los agentes involucrados deben ser responsabilizados.
Una investigación del Departamento de Justicia encontró fallas en la política y el liderazgo en la respuesta de la policía al tiroteo.
Sin embargo, los resultados de la investigación independiente de la ciudad de Uvalde, que se dieron a conocer después, afirman que los agentes actuaron de buena fe.
Varios padres que perdieron a sus hijos en el tiroteo cuestionan la validez del informe.