El pasado sábado, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se celebró el “MAMpride 2023”: una marcha del orgullo LGBTQ que toma su nombre de la palabra “mampa” o “mampo” que en Chiapas es una manera despectiva para referirse a las personas gays, pero que ahora se ha reivindicado por la comunidad como un término para describir su identidad.
Durante la marcha, se recordó la historia de violencia contra las personas con identidades diferentes a la cisgénero y heterosexual en Chiapas, donde los asesinatos y violencia hacia ellos son una realidad que no ha recibido una respuesta adecuada de las autoridades a pesar de las súplicas de la comunidad, especialmente tras el caso de los once asesinatos de personas gay y trans entre junio de 1991 y febrero de 1993.
Durante el evento también se recalcaron varias emergencias de derechos humanos, tales como que la persecución de la homosexualidad persiste en 67 países, con penas que varían desde encarcelamiento hasta la muerte.
Que en Chiapas, las terapias de conversión aún se permiten, resultando en torturas físicas y emocionales a personas LGBT.
Que los crímenes de odio quedan impunes debido a la falta de acción de la Fiscalía General y el Poder Judicial del Estado.
Que las personas trans sufren la falta de reconocimiento de su identidad de género, lo cual limita sus derechos y oportunidades laborales.
También, que las familias con padres homosexuales enfrentan discriminación por parte del Registro Civil, y que las personas trans jóvenes encuentran barreras para acceder a sus derechos, incluyendo derecho a atención médica de afirmación de género.
Durante la marcha, se le recordó al público en general que las personas LGBTQ+, no estan buscando derechos especiales; solo quieren poner fin a la violencia y la discriminación, igualdad de oportunidades y acceso a la justicia para las personas que que aún no lo tienen.