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¿Por Qué San Antonio No Ha Cerrado Su Brecha Universitaria Con Los Latinos?

A college graduate wonders about family, loans and work.
Rob Martinez
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A través de una beca con la Education Writers Association, TPR contrató al Public Policy Research Institute en Texas A&M University-College Station para aplicar una encuesta y recopilar los resultados de forma anónima. La encuesta en línea se envió a estudiantes inscritos en una de las instituciones públicas de educación superior de la ciudad en los últimos dos años.

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En el verano, después de su primer año de licenciatura en la Universidad de St. Mary, la mamá de Vanessa Sansone fue despedida y su papá sufrió un infarto. Los cobros del hospital comenzaron a acumularse y Sansone aceptó varios trabajos para que su familia no perdiera su casa ni su automóvil. El único momento que tenía para estudiar era a la medianoche.

"Pensé que iba a tener que salirme", dijo Sansone. "Hubo muchas ocasiones en las que, de un día a otro, pensaba 'no sé si puedo hacer esto'".

Ahora, la experiencia de esta profesora asistente de política educativa en la Universidad de Texas en San Antonio forma parte de su investigación sobre el acceso a la educación superior.

La profesionista se las ingenió para obtener su licenciatura y, finalmente, un doctorado, pero sabe lo fácil que podría haber sido al revés, y qué tanto se rinden muchos estudiantes latinos en el sur de Texas.

“No debería haber sido tan difícil. No debería haber tenido tres trabajos. No debería haber tenido que estar estresada y preocupada constantemente”, explica Sansone. “Los sistemas son inequitativos. Y son así por una razón".

Según los datos del censo de los EE.UU., solo el 17% de los hispanos en el área metropolitana de San Antonio tienen una licenciatura, muy por debajo del promedio de la tasa de obtención de títulos para la población blanca y asiática de San Antonio. Los miembros de la población afro-americana de San Antonio se encuentran justo en medio, pero también es menos probable que logren un título universitario.

Estas desigualdades han existido durante generaciones y, a pesar de años de esfuerzos específicos para cerrar la brecha, la situación permanece prácticamente sin cambios. La ciudad de San Antonio fundó la Asociación de Educación de San Antonio en 1989 para cerrar la brecha respecto al logro de la educación superior y, sin embargo, décadas después, persisten enormes disparidades.

Las estadísticas de San Antonio reflejan las tendencias educativas a nivel nacional. Pero debido a que San Antonio tiene un 64% de latinos, estas disparidades no solo significan que San Antonio no está atendiendo adecuadamente a los más vulnerables, sino que también no está asegurando que la mayoría de su gente tenga las credenciales que necesita para hacer una carrera y obtener un ingreso cómodo.

Al mismo tiempo, la investigación a nivel nacional y lo que ya se sabe sobre las mejores formas de garantizar el éxito en la universidad no se ajustan a la realidad de San Antonio. La mayor parte de la atención se centra en las universidades de cuatro años, pero la institución de educación superior más grande de San Antonio es el Alamo Colleges District, un sistema de colegios comunitarios.

La métrica principal utilizada para juzgar la calidad educativa de una universidad es su tasa de egresados, pero eso solo cuenta para los estudiantes de tiempo completo inscritos en la universidad por primera vez. La mayoría de los estudiantes universitarios de San Antonio son a tiempo parcial y muchos son estudiantes transferidos. A excepción del sur de Texas, la mayoría de las universidades no atienden a una población mayoritariamente latina.

Para reducir la brecha entre lo que se cree y la realidad en San Antonio, TPR encuestó a estudiantes universitarios locales para averiguar cómo es su experiencia universitaria, qué les ayudó a mantenerse inscritos y los mayores desafíos que tuvieron que superar para obtener su título.

A través de una beca con la Education Writers Association, TPR contrató al Instituto de Investigación de Políticas Públicas en Texas A&M University-College Station para administrar la encuesta y recopilar los resultados de forma anónima. La encuesta en línea se envió a estudiantes inscritos en una de las instituciones públicas de educación superior de la ciudad en los últimos dos años.

El objetivo de la encuesta era recopilar datos sobre la situación económica y la familia, dos factores que, según Sansone, juegan un papel esencial en las decisiones de los estudiantes latinos respecto a la universidad. Dado a que la encuesta se envió durante el semestre de primavera 2021, también preguntó sobre los efectos de la pandemia de COVID-19.

Más de 2,600 estudiantes respondieron la encuesta que se envió a sus cuentas de correo electrónico. Debido a la naturaleza del formato, se anticipó una tasa de respuesta baja de menos del 2%. Sin embargo, las respuestas reflejaron en gran medida las mismas tendencias demográficas que se observaron entre la población estudiantil general de la Universidad de Texas en San Antonio, la Universidad Texas A&M-San Antonio y las universidades Alamo.

Las mujeres, los estudiantes blancos, los alumnos inscritos en programas universitarios de cuatro años y los estudiantes de 25 años o más estaban sobrerrepresentados en la encuesta, pero la mayoría de los encuestados eran hispanos. La mitad de los encuestados eran elegibles para recibir ayuda financiera en base a sus necesidades y casi la mitad asiste a la escuela a tiempo parcial. Poco menos de la mitad asiste a uno de los cinco colegios comunitarios del condado de Bexar.

La encuesta demostró que los estudiantes afroamericanos e hispanos tenían más probabilidades de enfrentar obstáculos financieros que los estudiantes blancos, pero la gran mayoría de los estudiantes, independientemente de su raza y origen étnico, dijeron que sus padres los alentaron a ir a la universidad. Los estudiantes afroamericanos y latinos también tenían más probabilidades de verse afectados económicamente por la pandemia.

Sansone dijo que los hallazgos de la encuesta sobre finanzas, préstamos estudiantiles, responsabilidades familiares y expectativas reflejan en gran medida las mismas tendencias que encontró en su investigación y señalan la necesidad de replantear los parámetros de lo que significa para un estudiante tener éxito.

“Las características de los estudiantes que tenemos aquí en el sur de Texas son diferentes y, en muchos casos, vienen con necesidades únicas, con grandes necesidades”, precisó Sansone. "Esta forma tradicional de hacer las cosas no necesariamente se ajusta a nosotros, porque esos no son nuestros estudiantes, ni es la mejor manera de atenderlos".

En lugar de enfocarse en alentar a más estudiantes a graduarse en cuatro años, por ejemplo, Sansone dijo que las universidades deberían enfocarse en apoyar a los alumnos en el nivel en el que se encuentren y considerar a cada egresado como un caso de éxito, sin importar cuánto tiempo tarde en concluir sus estudios.

También señaló que es importante tener en cuenta la historia y la geografía de San Antonio y cómo influye en la raza, la etnia, la clase y el acceso a un título universitario sin hacer suposiciones sobre lo que significa esa historia para los sueños y las metas de un estudiante.

“El sur de Texas es único en eso, desde hace mucho tiempo atrás, ya había desventajas raciales vinculadas al territorio cuando Estados Unidos decidió simplemente apoderarse de Texas”, dijo Sansone. “Muchos de estos estudiantes latinos, provienen de una historia de desventajas (y) un legado de injusticia”.

Sansone enfatizó los numerosos distritos escolares del condado de Bexar y las marcadas disparidades económicas como un ejemplo de cómo esas injusticias históricas afectan a los estudiantes de San Antonio en la actualidad, lo que hace que los latinos sean más propensos a asistir a una escuela con menos recursos y tener menos probabilidades de poder pagar la universidad fácilmente.

Además de las desigualdades que datan a tiempo atrás en cuanto al acceso a la educación superior, San Antonio también tiene grandes brechas en lo que respecta a las posibilidades de completar la escuela secundaria. Solo el 76% de los adultos hispanos tiene un diploma de high school en San Antonio, en comparación con el 95% de los adultos blancos y el 92% de los adultos afroamericanos.

“Es casi alucinante, sabes, el hecho de que (los estudiantes latinos de San Antonio llegan a la universidad) porque ha habido obstáculos generacionales que se han puesto allí, para hacer mucho más difícil asistir a la educación superior, y mucho menos fácil terminar y graduarse”, comentó Sansone.

El objetivo de la encuesta de TPR es averiguar qué se les dificulta a quienes lo logran, mantenerse inscritos y qué les está ayudando a obtener su título.

Este es la primera entrega de una serie de reportajes basados en una encuesta de TPR sobre el acceso a la universidad. Cada historia explora las características de la experiencia universitaria de los estudiantes latinos y afroamericanos de San Antonio. La encuesta fue posible gracias a una beca de la Asociación de Escritores de Educación y fue administrada por el Instituto de Investigación de Políticas Públicas en Texas A&M University-College Station.

Nota del editor: TPR consultó a Rebecca Goldin, la directora de STATS Sense About Science, USA para determinar la mejor manera de medir la importancia estadística de los resultados de la encuesta. Debido a las múltiples preguntas incluidas en la encuesta, no se hicieron conclusiones sobre la población estudiantil en general en los informes de TPR a menos que el valor p fuera menor que .0005.

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