Al menos 27 personas han muerto, incluyendo 18 adultos y nueve niños, y un número incalculable más se encuentra desaparecido tras las inundaciones que asolaron la región de Hill Country el viernes.
Las autoridades municipales informaron el sábado por la mañana que 27 niñas de Camp Mystic, un campamento de verano cristiano privado, siguen desaparecidas. El aguacero del viernes provocó una crecida de hasta 7,6 metros en el río Guadalupe en 45 minutos, arrastrando vehículos, árboles arrancados y otros escombros por las aguas turbias.
El estado y el condado no proporcionaron más información el sábado por la mañana sobre las niñas desaparecidas que asistían a Camp Mystic, un campamento de retiro junto al río de 99 años de antigüedad que albergaba a unas 750 campistas. Las autoridades informaron el viernes que algunas de esas campistas podrían estar varadas y no poder pedir ayuda.
Los funcionarios de emergencia informaron el sábado que 850 personas fueron rescatadas.
Muchos padres, angustiados, seguían esperando noticias de sus hijos el sábado. Tanya Powell dijo que Ella Rose, su hija de 21 años, seguía desaparecida.
"Estaba cerca del campamento, en una casa, con tres amigas", explicó. "Van a la escuela. Son estudiantes de último año de universidad en San Antonio. Estuvieron aquí el fin de semana, y perdimos contacto con ellas alrededor de las 4 a. m. y no hemos tenido noticias suyas".
El estado ha desplegado cientos de efectivos de búsqueda y rescate y más de una docena de helicópteros en la región inundada, con especial atención a campamentos de verano para niños y niñas, parques y urbanizaciones bajas. Embarcaciones recorrieron el río Guadalupe buscando sobrevivientes en las riberas e incluso entre los árboles. El personal de primera respuesta instaló puestos donde las personas que habían perdido o dañado sus viviendas podían acudir para recibir comida y asistencia.
El gobernador Greg Abbott afirmó que el estado no escatimaría recursos para rescatar a los desaparecidos: "Muchas personas se han visto arrastradas por esta catástrofe extraordinaria. Se necesita a Dios, pero también una respuesta contundente de los gobiernos estatales y locales, y de las personas que viven en estas comunidades afectadas".
Abbott continuó: "[Los rescates] continuarán en la oscuridad de la noche. Se llevarán a cabo al amanecer. Buscarán sin descanso a todos los desaparecidos. No nos detendremos ante nada para garantizar que todos los recursos, personas, aviones y todo lo necesario participen en el proceso de rescate hasta la última persona y que se dé cuenta de todos los involucrados".
Firmó una declaración de desastre para Kerr y otros 13 condados afectados por las inundaciones del viernes, lo que les permitirá acceder a recursos estatales para las operaciones de emergencia.
Para el viernes por la noche, algunos niños estaban de vuelta en los brazos de sus familias, aliviadas. Personas comprensivas en redes sociales también compartieron fragmentos de información o fotos de niños aturdidos y nerviosos, reunidos a salvo en habitaciones como una estación de bomberos, esperando reencontrarse con sus seres queridos.
Los meteorólogos advirtieron que caía más lluvia en la región inundada, conocida como el "callejón de las inundaciones repentinas". El sábado por la mañana, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) emitió una emergencia por inundación repentina —una advertencia inusual— en el condado de Burnet tras la caída de entre 5 a 12 pulgadas de lluvia, y se esperaban más.
Toda la región permaneció bajo alerta de inundación hasta las 7:00 p.m. Había un 60 % de probabilidad de más lluvia, incluso en el condado de Kerr.
Los meteorólogos instaron a huir a cualquier persona que se encontrara cerca de un arroyo o riachuelo inundado, ecos inquietantes de las advertencias emitidas el viernes por la mañana antes de que el evento con numerosas víctimas consumiera el feriado del Día de la Independencia y dejara docenas de muertos o desaparecidos.
Preparación antes de la tormenta
El viernes por la tarde, los funcionarios de la ciudad de Kerrville respondieron a las críticas de que se podría haber hecho más para evacuar antes de que la inundación afectara la región, conocida como Flash Flood Alley.
Rice, administrador de la ciudad de Kerrville, informó a la prensa que la situación de las inundaciones evolucionó rápidamente. Señaló que las bifurcaciones norte y sur que desembocan en el río Guadalupe alcanzaron su nivel máximo alrededor de las 3:30 de la madrugada del viernes.
“Estaba en el sendero del río en ese momento y todo estaba bien”, explicó. “En una o dos horas, el agua casi llegaba al puente”.
Rice dijo que la ciudad envió equipos temprano en la mañana para prepararse para la celebración del 4 de julio, y también fueron tomados por sorpresa.
“A pesar de las advertencias de inundaciones, a pesar de todo lo que estaba pasando, hubo algunas cosas que sucedieron muy rápido”, añadió.
Al preguntársele si había un sistema de alerta activado el jueves por la noche cuando comenzaron las inundaciones, Rob Kelly, juez del condado de Kerr, respondió: "No tenemos un sistema de alerta en el río. ... No sabíamos que se avecinaba esta inundación. Tengan la seguridad de que nadie sabía que se avecinaba una inundación de este tipo. Tenemos inundaciones todo el tiempo".
También dijo que "este es el valle fluvial más peligroso de Estados Unidos", pero que los funcionarios del condado no tenían "ninguna razón para creer que esto fuera a ser algo parecido a lo que ha sucedido aquí. Ninguna en absoluto".
El NWS estimó el jueves que la región podría experimentar entre 5 y 7 pulgadas de lluvia, con la posibilidad de que se formen grupos de tormentas. Sin embargo, la zona registró más de 30 cm de lluvia.
Cómo sucedió
Jason Runyen, meteorólogo del NWS, explicó que las tormentas fueron el resultado de dos factores diferentes:
El primero fue la alta humedad para esta época del año, casi récords, que se elevó verticalmente a la atmósfera. El segundo fueron los remanentes de una perturbación de nivel medio de lo que fue la tormenta tropical Barry. Por lo tanto, la combinación de esa perturbación y estos niveles récord de humedad ha provocado lluvias muy intensas, especialmente en el condado de Kerr.
Toda la lluvia del viernes se desembocó en la cuenca del río Guadalupe. Explicó que el agua comenzó en su cabecera cerca de Hunt, Texas, en el oeste del condado de Kerr, y "continuó río abajo a través de Kerrville, donde alcanzó su punto máximo" y luego se dirigió hacia Comfort.
“Vimos crecidas bastante pronunciadas en el río”, añadió, “en algunos casos comparables a la inundación de 1987, la famosa inundación de 1987”. La inundación de 1987 dejó 28 centímetros de lluvia y 10 adolescentes murieron cuando el autobús de su iglesia se metió en las aguas.
Las inundaciones del viernes, según Runyen, fueron tan altas y fuertes que algunos instrumentos y medidores del río resultaron afectados o arrasados. "Así que es una crecida bastante catastrófica la que baja por el río Guadalupe".
Debido a que los medidores del río están dañados, el Servicio Geológico de Estados Unidos podría tardar algunos días en obtener datos precisos sobre la altura a la que llegó el río en el área de Hunt y Kerrville.
Dijo que algunas partes de Hill Country fueron colocadas bajo una rara emergencia por inundaciones repentinas, que es diferente de una advertencia de inundaciones repentinas.
“Normalmente, la mayoría de la gente está familiarizada con las alertas de inundaciones repentinas”, dijo. “Nuestras alertas típicas de inundaciones repentinas se emiten cuando prevemos inundaciones inminentes en zonas como crecidas, arroyos y riachuelos que cruzan por debajo del nivel del agua”.
Runyen explicó que las emergencias por inundaciones repentinas “se reservan para los días en los que esperamos daños de tipo catastrófico o generalizado o incluso pérdida de vidas”.
Esta es una historia en desarrollo que se actualizará.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom.
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