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Cuatro años después de la muerte de Vanessa Guillen, activistas se muestran cautelosamente optimistas sobre reformas militares

Jolene Almendarez/American Homefront

Lee esta historia en inglés.

Cuando Patricia Olivares se mudó a Killeen, Texas, en 2020 para gestionar la campaña política de un candidato a la cámara estatal, no esperaba verse involucrada en el caso de una soldada desaparecida.

“Una de las cosas que te enseñan en la escuela de campaña es aprender la situación en el terreno de los hechos,” dijo Olivares, una infanta de marina retirada. “Leí un par de periódicos y lo primero que veo en la portada es una foto de la Especialista Guillen y el titular es: 'Soldada de Fort Hood desaparecida.”

En ese momento, la Especialista Vanessa Guillén llevaba dos semanas desaparecida de Fort Hood, la base del ejército ahora conocida como Fort Cavasos. El caso llamó la atención de Olivares y luego la familia Guillen le pidió ayuda. Durante su reunión con Gloria Guillen, Olivares dijo que nunca olvidará las palabras de convicción de una madre latina.

“Una de las últimas cosas que me dijo Gloria cuando terminamos nuestra conversación, nuestra reunión, fue: 'Yo les di a mi hija viva y a mí me la van a entregar viva.’”

Antes de que Guillen desapareciera, le había dicho a su madre que un compañero soldado la estaba acosando sexualmente, pero tenía miedo de denunciarlo a sus comandantes.

Funcionarios descubrieron los restos de Guillen en junio de 2020. El sospechoso Aaron Robinson, también soldado, se pegó un tiro cuando se enfrentó a la policía de Killeen.

Tras la muerte de Guillen, el Congreso aprobó una ley que retira los casos de acoso sexual de las manos de los comandantes militares. Estas denuncias son investigadas por paneles independientes.

“Eso es un gran avance,” expuo Olivares, que ahora trabaja para la Red de Acción de Mujeres en Servicio, que aboga por las víctimas de agresión sexual militar. “Poder lograr ese cambio cultural en el ejército es algo muy importante.”

Los partidarios del cambio esperan que las víctimas se sientan menos reacias a denunciar agresiones y menos temerosas de sufrir represalias por parte de sus comandantes. Stephanie Gattas es la directora ejecutiva de The Pink Berets, un grupo de defensa de mujeres en el ejército. Afirmó que ha habido un aumento en las denuncias de agresiones desde que la ley entró en vigor.

"Todavía estamos viendo un aumento en todos los ámbitos," afirmó. "Y no sabemos si es porque más mujeres y hombres se presentan y denuncian, o podría ser que todavía no hemos rectificado la situación."

Recalcó que miembros del servicio todavía enfrentan temores de represalias por parte de su comando cuando se presentan, aunque están encontrando un sentido de comunidad a través de grupos de defensa como The Pink Berets y SWAN.

"Lo más destacado ahora es que se están acercando," detalló Gattas. "Ahora bien, eso no significa necesariamente que se sientan seguras."

Comentó que incluso con el cambio, algunas soldadas siguen reacias a reportar incidentes.

Según la nueva ley, cuando el panel independiente comienza una investigación, la cadena de mando del miembro del servicio sigue siendo informada. Aunque los comandantes ya no tienen poder para detener la investigación, todavía existe la preocupación sobre lo que podría pasarle a la persona que presentó la denuncia.

“Existe la posibilidad de que sus compañeros militares tomen represalias y la excluyan,” expresó Josh Connolly del grupo Protect Our Defenders. "Por lo tanto, llegar a esa parte cultural de culpar a las víctimas es realmente importante."

Como jefe de gabinete de la ex congresista de California Jackie Speier, Connolly abogó por reformas durante los últimos 15 años.

Connolly dijo que los casos de represalias deben documentarse y mantenerse al tanto.

Citó un ejemplo de cómo la nueva ley está teniendo impacto con un caso que involucra a un sargento que se jubiló en 2017, pero recientemente fue llamado nuevamente al servicio activo, para que la nueva oficina del fiscal especial pudiera procesarlo.

“Regresar al individuo al servicio activo no suele ser algo normal, por lo que es interesante y claramente una victoria para este nuevo cargo,” profundizó Connolly.

El sargento se declaró culpable en mayo de cinco cargos de agresión sexual ocurridos en Hawái y Florida.

Gattas añadió que ese tipo de procesamiento puede ser de gran ayuda para que los miembros del servicio se sientan más cómodos denunciando acoso y abuso sexual.

"Eso ha impulsado a más mujeres a alzar la voz," subrayó. "Creo que estamos viendo un cambio en el panorama en términos de personas que ahora luchan por el cambio."

Esta noticia fue producida por American Homefront Project, una colaboración de medios públicos que informa sobre la vida militar y los veteranos estadounidenses.

Copyright 2024 American Homefront Project

Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom. 

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Gabriella Alcorta-Solorio is a reporter for Texas Public Radio. She recently graduated from Texas State University with a major in journalism, minoring in women’s studies. She has previously worked as a photojournalist with The Ranger and has reported on Alzheimer’s and dementia in South Texas using public health data. Her main focuses include reporting on health as well as military and veterans issues. Alcorta-Solorio is a U.S. Army veteran.