Los católicos del mundo rindieron homenaje al Papa emérito esta semana después de su fallecimiento en la víspera de Año Nuevo en el Vaticano. Los dolientes incluyeron a Gustavo García-Siller, el arzobispo de San Antonio, quien fue elegido por el Papa Benedicto XVI para dirigir la arquidiócesis en 2010.
Más de una década después, García-Siller dirigió una misa especial para el ex pontífice el miércoles.
Alrededor de dos docenas de personas asistieron a la Misa, junto con obispos visitantes de Oklahoma y Arkansas.
García-Siller describió a Benedicto XIV como un hombre afable, amable y sabio que solía ser introvertido.
“En su momento logró lo que Dios esperaba de él y porque su talento era, sobre todo, el conocimiento de las escrituras, las tradiciones de la iglesia y la doctrina de la iglesia. Eso es lo que transmitió”, dijo.
García-Siller fue obispo auxiliar en Chicago antes de trasladarse a San Antonio. Explicó que en 2012 pasó cerca de seis semanas con Benedicto XVI durante el Sínodo de la Nueva Evangelización.
Benedicto ascendió al papado después de la muerte de Juan Pablo II en 2005, y fue el primer papa en abdicar del cargo en 600 años. La posterior elección del cónclave papal seleccionó al Papa Francisco.
A la misa de San Fernando asistieron obispos de ciudades de Texas, Oklahoma y Arkansas. Se encontraban en San Antonio para un retiro que ya estaba programado antes de la muerte de Benedicto.
“Estamos celebrando a alguien que está más allá de nosotros”, comentó García-Siller.
Se llevará a cabo una misa de réquiem por Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano el jueves, 5 de enero, y tendrá lugar a las 2:30 a.m., hora central.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom.
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