Un par de cientos de personas soportaron el calor de 105 grados el domingo en Uvalde para pedir el control de armas y protestar por la respuesta fallida de la policía al tiroteo masivo en Robb Elementary en mayo. Veintiún personas murieron en el tiroteo, incluidos 19 niños.
El evento fue organizado por Javier Cazares, padre de Jackie, una de las víctimas que apenas tenía 9 años de edad. Este acontecimiento les dio a las familias una plataforma para pedir un cambio.
Familias, activistas y miembros de la comunidad se reunieron en Robb Elementary y marcharon casi una milla hasta la plaza del centro.
Los manifestantes corearon: “¡Ni un niño más! ¡Ni un niño más! ¡Ni un niño más!”.
Una vez que llegaron al centro, un representante de cada una de las 21 víctimas se alineó al frente. Algunos pronunciaron un discurso. Otros simplemente dijeron el nombre del niño o la hermana que perdieron.
La narrativa oficial de lo que sucedió el 24 de mayo ha cambiado muchas veces durante el último mes y medio. Más recientemente, un informe del Departamento de Seguridad Pública de Texas encontró que un oficial de policía de Uvalde tuvo la oportunidad de detener el tiroteo masivo en Robb Elementary antes de que comenzara, algo que Don McLaughlin afirmó que es falso.
También hay desacuerdo entre el DPS y funcionarios locales sobre si el jefe de policía de Uvalde CISD, Pete Arredondo, era el comandante del incidente en el momento del tiroteo y cuál debió haber sido el papel del DPS, con más de 91 policías estatales en el área mientras las fuerzas del orden esperaron más de una hora para enfrentar al pistolero.
Al igual que muchos familiares de las víctimas, Laura Morales está frustrada por la información contradictoria que los funcionarios estatales y locales han proporcionado durante las semanas posteriores al tiroteo. Es tía de Eliahna Torres, de 10 años, una de los 19 niños asesinados.
"Quiero saber qué pasó. Quiero saber qué se dijo", exigió. "Quiero saber, ¿por qué se retrasaron? ¿Dónde estuvo la acción?
El presidente del comité legislativo estatal que investiga el tiroteo solicitó recientemente que se divulgue al público un video de los 77 minutos que la policía esperó en el pasillo, pero comentó que el fiscal de distrito local rechazó su solicitud.
Otros en la marcha señalaron que el fácil acceso a las armas en los EE. UU. y en Texas hizo posible este tiroteo.
“Todo este dolor y pena que sentimos tristemente podría haberse evitado”, agregó Faith Mata, hermana de Tess Marie Mata, una niña de 10 años que murió en el tiroteo. “Pero un arma de guerra es más importante para nuestro actual gobernador que la vida de su pueblo”.
Vincent Salazar Sr., abuelo de Layla Salazar, de 11 años, otra víctima del tiroteo, comentó que no puede quedarse callado sobre la política en torno a las armas.
"No podemos mantener esto oculto nunca más. Hay demasiadas personas que resultaron heridas aquí y todavía están de duelo. Sé que lloro todas las noches por estos niños, incluida mi propia nieta", puntualizó Salazar. “Dicho esto, debemos tener valor para seguir adelante, pero hagámoslo por las razones correctas. Votemos por las razones correctas y no por el bolsillo. Por favor, gente, tenemos que salir y votar”.
Una mesa colocada a un lado estaba lista para registrar a las personas para votar. Varias veces durante el mitin, la multitud retomó el cántico: “Vótenlos para afuera”.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares, Roberto Sierra, Francisco Marín, Pamela Martinez, Ana Baehr, e Yvette Benavides, para NPR y The Texas Newsroom.
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