El 14 de mayo, un ataque racista en un mercado en Buffalo, Nueva York les arrebató la vida a 10 personas y dejó tres heridos más. Fue el tiroteo masivo más mortífero del año en los Estados Unidos durante poco más de una semana.
Diez días después, un hombre armado apuntó a un salón de clases de cuarto grado en una primaria en Uvalde, Texas, matando a 21 e hiriendo a 17. Fue el tiroteo escolar más mortífero en Estados Unidos desde Sandy Hook.
Los tiroteos masivos ocurren en los Estados Unidos con una regularidad deprimente.
Entre los al menos ocho tiroteos masivos en el primer fin de semana de junio, 14 personas recibieron disparos cerca de un club nocturno en Chattanooga, Tenn., 14 más fueron baleadas en un concurrido distrito de entretenimiento en Filadelfia y hubo ocho quienes recibieron disparos en una fiesta de graduación en Summerton, SC
Esto siguió a un tiroteo en un hospital en Tulsa, Oklahoma., y dos días de violencia la semana pasada.
El domingo es el día 156 del año, y el país ya ha experimentado al menos 243 tiroteos masivos hasta el momento. Al menos 243 en poco más de 22 semanas. Esto promedia aproximadamente 11 por semana.
El recuento proviene del Archivo de Violencia Armada, una organización independiente de recopilación de datos. El grupo define un tiroteo masivo como un incidente en el que cuatro o más personas son asesinadas a tiros, excluyendo al tirador. La lista completa de tiroteos masivos en 2022 se pueden encontrar aquí.
Estos tiroteos son un fenómeno estadounidense.
Los tiroteos masivos, como es bien sabido hoy en día, son una recurrencia común en los Estados Unidos. El 2021 cerró con 692 tiroteos masivos, según el Archivo de Violencia Armada. El año pasado se registraron 610. Y en 2019 hubo 417.
Las masacres no surgen de la nada, argumentó Mark Follman, quien ha estado investigando tiroteos masivos desde 2012, cuando un hombre armado mató a 12 personas en una sala de cine en Aurora, Colorado.
"Esto es violencia planificada. En cada uno de estos casos, siempre hay un rastro de... señales de advertencia de un comportamiento", explicó a NPR en mayo.
Follman, autor de un nuevo libro, Trigger Points, dice que el papel de la salud mental también se malinterpreta gravemente. "El público en general ve a los tiradores masivos como personas totalmente locas, dementes. Encaja con la idea de llegar a un punto de quiebre, como si estas personas estuvieran totalmente separadas de la realidad.
Ese no es el caso”, señaló. Hay "un proceso de pensamiento muy racional" que va en la planificación y realización de tiroteos masivos.
El sospechoso del ataque en Uvalde era un estudiante de secundaria que compró al menos dos rifles tipo AR-15 poco después de cumplir 18 años y le disparó a su abuela antes de ir a la escuela primaria, expusieron las autoridades.
El sospechoso del ataque de Buffalo dejó una diatriba racista, se puso un chaleco antibalas y transmitió el ataque en vivo.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares, Roberto Sierra, Francisco Marín e Yvette Benavides, para NPR y The Texas Newsroom. Haga clic aquí para más cobertura de Uvalde en español.
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