Sylvia Cervantes tiene 74 años, está retirada y pasa una gran parte del tiempo arreglando su jardín en Laredo.
“Éstas son mi orgullo,” dice Sylvia. “Estas son mis Trompetas de Ángel. Mira lo hermoso que florearon.”
Su jardín está lleno de flores como Trompeta de Ángel, Plumerías e Hibiscos. Mantenerlas puede ser un trabajo agotador.
“Cuando eres pobre, tienes que trabajar muy fuerte porque no tienes un jardinero. Yo no tengo ese dinero,” asegura.
Pero está acostumbrada a trabajar duro.
“Tuve dos trabajos durante gran parte de mi vida. Solía llegar a casa a las 9 o 10 de la noche, transcribiendo todo el día. Aquellas, que ves allá,” dice apuntando a unas coronas negras y moradas en la puerta principal. Ella las hace para el Día de los Muertos. “Ese es mi tercer trabajo. Solía hacerlas y las vendía todas.”
Dice que adquirió su ética laboral por parte de sus padres, quienes emigraron a Laredo durante la Guerra Civil de México.
“Mi mamá tenía 11 años cuando llegó acá, y mi papá también. Y se quedaron aquí por el resto de sus vidas,” dice. “Pero nunca quisieron convertirse en ciudadanos Americanos. ¿Sabes cuánto les rogué? ‘Mamá, sabes, así podrás votar’. ¿Mi papá? ‘No, yo no seré Americano.’ Pero siempre fue Demócrata. Él decía ‘Son buenas personas’.”
Esa fue la razón por la que ella — durante mucho tiempo — también fue Demócrata, como la mayoría del Condado de Webb.
“Yo voté por Hillary en lugar de Obama,” dice.
El condado 95% Hispano, es un fiel votante Demócrata, pero sus votantes no siempre se inclinan por los candidatos del sistema. En las primarias Demócratas de este año, el Senador Bernie Sanders — un autodenominado demócrata socialista — ganó las primarias Demócratas del 2020 en el Condado. Michael Bloomberg — un empresario multimillonario — quedó en segundo lugar.
Pero Cervantes se inclinó a la derecha.
“Escucho Hillary (Clinton) y pienso en Benghazi,” dice.

Ella es parte del 23% de los votantes del Condado de Webb que apoyaron a Trump en 2016. Y no es solo por la respuesta de Clinton en 2012 ante el ataque a los edificios de Estados Unidos en Benghazi. Dice que está harta del “repartimiento” después de trabajar en oficinas del servicio social.
“He trabajado para el estado de Texas, y siempre ves, generación tras generación, abuelo, papá, hija y nietos, todos son la misma persona una y otra vez,” dice.
Es por eso que, cuando Donald Trump comenzó su campaña para Presidente en 2015, le llamó la atención. El llamado de Trump por un muro en la frontera Sur de Texas y su pronunciamiento en contra de la migración ilegal, rápidamente le quitó posicionamiento entre algunos habitantes de Laredo.
Pero Cervantes asegura que eso es exactamente lo que le atrajo de Trump: “Detener a todos los invasores ilegales. Y no más, ya sabes, el asilo. Siempre están preguntando. Y siempre son las mismas mentiras,” dice.
Los Centroamericanos y otros buscadores de asilo vienen frecuentemente a los Estados Unidos huyendo de la violencia y conflictos de sus países.
Pero Cervantes, hija de inmigrantes, piensa que los inmigrantes actualmente se sienten merecedores de recibir ayuda.
“Me duele. Que vengan y digan ‘Estoy aquí’. No hay nada malo en trabajar,” dice, agregando que una vez llevó a una mujer embarazada de El Salvador a un hospital local. Dice que la mujer le contó que había venido acá porque un amigo le platico sobre los beneficios en los Estados Unidos.
Ella está orgullosa de su voto. En una reunión del Partido Republicano en el Condado de Webb a finales de Agosto, lució una brillante camiseta roja y una gorra con el lema “Make America Great Again.” Ella felizmente posó para las fotos con otras Latinas.
Pero en esta área Demócrata, se ha sentido excluida, incluso por su esposo.
Frecuentemente debate con él, como por ejemplo cuando se reportó que el Presidente Trump solo pagó $750 en impuestos.
“Mi esposo me dice, ‘Sabes, Trump no ha pagado’,” dice. “Y yo le digo, ‘¿Quieres darte una vuelta por Laredo para ver cuántas personas no pagan y se quedan con mucho dinero? Esto es porque todos son deshonestos.’”
El primer día de votación, Cervantes fue feliz y temprano.
Y voto por Trump.
“Me sentí bien y le dije al Señor, ‘Haré lo que creo que es mejor para el país.”
Pero después de Trump, ¿seguirá siendo Republicana?
“Creo que lo seré, a menos que tengamos a un Republicano loco - No votaré. Trump está loco, pero ha hecho mucho de lo que prometió,” dice.