De acuerdo al documento, entre la noche del 14 de mayo y las primeras horas de la mañana del 17 de mayo, el personal médico contratado por la CBP informó de aproximadamente nueve encuentros con la niña, quien se quejaba de fiebre, síntomas similares a los de la gripe y dolor.
El personal médico sólamente le administró medicamentos para la fiebre, paquetes de hielo, y una ducha fría.
A pesar de la condición de la niña, las preocupaciones de su madre y los tratamientos requeridos para manejar su condición, el personal médico no la transfirió a un hospital.
El 17 de mayo, la niña tuvo múltiples encuentros con una enfermera practicante, quien se negó a las solicitudes de la madre de llevar a la niña al hospital, a pesar de que tenía una fiebre que llegó hasta los 104.9 grados Fahrenheit, o 40.5 grados Centígrados.
La enfermera también se negó a revisar los papeles que contenían la información de la niña, que le fueron proporcionados por otro miembro del personal.
Poco después de la cuarta visita de la niña con la enfermera, la niña sufrió una convulsión y dejó de responder.
La trasladaron a un hospital, donde fue declarada muerta.
