En Texas, un administrador de elecciones del condado y sus dos adjuntos renunciaron, y al menos uno citó amenazas alimentadas por información errónea, mientras el expresidente Donald Trump y sus partidarios continúan difundiendo afirmaciones sin fundamento sobre las elecciones de 2020.
"Las amenazas contra los funcionarios electorales y mi personal electoral, la desinformación peligrosa, la falta de personal de tiempo completo para la oficina electoral, la compensación impaga y la legislación absurda han cambiado por completo el trabajo que acepté inicialmente", dijo la ahora ex administradora de elecciones del condado de Gillespie, Anissa Herrera, según se informa en su carta de renuncia, fechada el 2 de agosto.
Herrera agregó: "El compromiso de vida que le he dado a este trabajo es insostenible".
La carta fue obtenida por Votebeat a través de una solicitud de registros públicos.
La oficina del secretario de estado de Texas proporcionó más detalles sobre las amenazas, que Herrera reveló por primera vez al medio local. Fredericksburg Standard-Radio Post.
“No sé si ha habido alguna amenaza desde entonces, no obtuvimos muchos detalles sobre las amenazas, solo que eran una combinación de acoso en las redes sociales y otros tipos de amenazas contra ella en su calidad de administradora electoral. Sam Taylor, subsecretario de comunicaciones en la oficina del secretario de estado, explicó a Texas Public Radio.
El estado enviará capacitadores
Ahora, dos meses antes de que comience la votación anticipada para las elecciones generales de noviembre, el condado, que se encuentra al oeste de Austin, no tiene un departamento electoral.
“Realmente no sé qué van a hacer y cómo van a realizar las elecciones en noviembre. Y van a tener que luchar mucho”, señaló Joyce LeBombard, presidenta de la Liga de Mujeres Votantes de Texas.
La oficina del secretario de estado de Texas planea enviar entrenadores para asegurarse de que el condado de Gillespie aún pueda celebrar elecciones este noviembre.
Taylor dijo que los reemplazos serían capacitados por ex administradores electorales que trabajan con la oficina del secretario de estado en la capacitación regular de nuevos funcionarios electorales. En el caso del condado de Gillespie, los trabajadores de la oficina de impuestos y la oficina del secretario del condado probablemente asumirán las responsabilidades iniciales.
"El juez [del condado] nos ha dicho que todavía hay empleados en la oficina del secretario del condado y del recaudador de impuestos del condado que han organizado elecciones en el pasado", dijo Taylor. "Aunque eso fue en 2019 y antes. Así que mucho ha cambiado sobre las leyes electorales desde entonces. Por eso nuestra oficina enviará a nuestros capacitadores, tenemos entre seis y ocho capacitadores en nuestro personal. Todos ellos son ex funcionarios electorales del condado".
Bajo la ley de Texas, los condados nombran administradores electorales a través de una comisión creada localmente que incluye al juez del condado, al secretario del condado, al recaudador de impuestos y a los presidentes de los partidos políticos del condado.
La votación anticipada en Texas comienza el 24 de octubre, dando a los funcionarios estatales una ventana de dos meses para capacitar a los reemplazos hasta que se designe un nuevo administrador electoral, un nombramiento que puede no ocurrir hasta después de las elecciones de noviembre.
El condado de Gillespie, donde Trump obtuvo el 79% de los votos en 2020, tiene poco más de 20,000 votantes registrados.
El candidato Demócrata a gobernador Beto O'Rourke visitó Fredericksburg, sede del condado, días después de la renuncia como parte de una gira de campaña por todo el estado.
Dijo que las amenazas eran un ataque a la democracia estadounidense y criticó algunas leyes electorales de Texas que, según dijo, dificultan el registro y la emisión de votos por correo.
"No solo somos el estado más difícil en cuanto al proceso de registrarse para votar, y emitir un voto, sino que hay trabajadores electorales en Gillespie que están siendo despedidos, trabajadores electorales y otros en otros condados dentro del estado que se sienten bajo ataque constante, ahora tienes una ley electoral que permite que los partidarios vengan a los lugares de votación para servir como observadores electorales realmente con rienda suelta para intimidar a los votantes que se presenten", expuso O'Rourke.
Texas ha sido un lugar especialmente difícil para los trabajadores electorales en los últimos años, según Remi Garza, ex-presidente inmediato de la Asociación de Administradores Electorales de Texas. Señala la relativamente nueva ley ampliada de observadores votantes del estado.
"Antes, [la ley] era que podían 'observar' las actividades del lugar de votación, y cambiaron eso para 'ver y escuchar' lo que está ocurriendo, lo que lo hace mucho más subjetivo para el individuo que está viendo", puntualizó. "Existe la posibilidad de que puedan ser un poco más intrusivos en el proceso porque podrían afirmar que no pueden ver ni escuchar lo que sucede en un lugar de votación".
Garza dijo que la expansión de la ley de observación de votantes viene con protecciones legales que, según agregó, ocasionalmente pueden dar a los observadores un sentido de derecho a participar más en el proceso, según lo previsto por la ley. Afirmó que el papel de los observadores es monitorear el proceso de votación para garantizar la transparencia y que se sigan las leyes electorales. Añadió que se espera que los observadores hagan precisamente eso, no "entrenadores" o "árbitros" de trabajadores electorales.
"Nunca ha sido antes"
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos liderado por los demócratas la semana pasada publicó un informe detallando las amenazas hechas a los funcionarios electorales en todo el país. Uno de esos casos de Texas incluye amenazas de ahorcamiento y daño a los hijos de un funcionario electoral del condado.
"En Texas, los 'ataques personales a los medios de comunicación nacionales' llevaron a amenazas alarmantes contra un administrador electoral, incluido un llamado en las redes sociales para 'colgarlo cuando sea condenado por fraude y dejar su cuerpo sin vida colgado en público hasta que le salgan gusanos de la boca' y mensajes que amenazan a sus hijos, diciendo: 'Creo que deberíamos acabar con su linaje", advertía el informe.
David Becker, director ejecutivo y fundador del Centro de Innovación e Investigación Electoral, puntualizó que este tipo de amenazas no eran comunes antes de las afirmaciones falsas de Trump de que las elecciones de 2020 fueron robadas.
"El condado de Gillespie es uno de los incidentes más extremos con la renuncia de todo el personal electoral del condado”, señaló Becker. “Pero tenemos que entender que los trabajadores electorales de todo el país, en estados rojos, estados azules, estados de campo de batalla, estados que no son de campo de batalla, desde secretarios de estado electos hasta trabajadores electorales voluntarios están siendo hostigados y amenazados de una manera que nunca antes habíamos visto. No es peor de lo que ha sido antes. Nunca ha sido antes".
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom.
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