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Las escuelas de Texas han acumulado más de 50,000 casos confirmados de coronavirus en estudiantes en solo un par de semanas. Más de una docena de distritos escolares han cerrado temporalmente como resultado de la enfermedad, y Texas es líder en decesos infantiles por COVID-19 con 59 al 3 de septiembre.
Pero los líderes estatales han pasado semanas después de la oleada impulsando polémicas iniciativas de ley en torno al aborto y a las restricciones al voto y la reforma de fianzas mientras el gobernador Abbott ha estado luchando contra gobiernos locales por sus esfuerzos para detener la propagación de la enfermedad.
Los hospitales de todo el estado se están quedando sin camas en las unidades de cuidados intensivos pediátricos. El Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas dice que solo quedan 81, y un par de cientos de camas de UCI regulares más están disponibles en un estado con 29 millones de residentes.
“El gobernador Abbott nos ha fallado. Una legislatura estatal republicana nos ha fallado", afirmó el Dr. David Portugal, cardiólogo en Sugarland, Texas. "Estos líderes deben rendir cuentas y debemos pedirles que expliquen cómo pueden justificar la adopción de medidas que están matando a sus compañeros texanos".
Portugal y otros miembros de Texas del grupo de activistas conocido como el Comité para la Protección de la Salud pidieron al gobernador que rescindiera su orden ejecutiva que prohíbe a los gobiernos locales exigir mascarillas en las escuelas. Ellos son solo algunos de los muchos trabajadores de la salud y gobiernos locales frustrados por la falta de acción del estado para prevenir la propagación de la COVID.
Los funcionarios estatales admitieron recientemente que no podían imponer las prohibiciones, dejando el tema en manos de los fiscales de distrito locales. Pero el continuo litigio y las amenazas a los distritos escolares han generado confusión y un mosaico de políticas que muchos médicos ven como impulsores del aumento de COVID.
“El personal y los recursos del hospital están al límite”, admitió la Dra. Elena Jimenez-Gutierrez, médico internista en San Antonio.
El incremento de infecciones ha provocado cirugías canceladas, personal abrumado y hospitalizaciones y muertes evitables.
“Los médicos y otros trabajadores de la salud ven todos los días cuántos texanos se enferman innecesariamente, incluidos muchos niños, cuando sabemos que esta enfermedad se puede prevenir”, advirtió.
La oficina del gobernador contrató más médicos y enfermeras de otros estados para ayudar. Autorizó más centros de terapia con anticuerpos monoclonales, aunque los médicos dicen que la espera para recibir el tratamiento es de hasta 10 días.
Abbott promueve la vacunación como un método real de prevención. Se vacunó en la televisión. Pero marca una línea en cuanto a los mandatos, las vacunas o las mascarillas, que son muy impopulares entre los votantes primarios conservadores, ya que se enfrentará con dos rivales de extrema derecha a principios del próximo año.
"Continuaremos vacunando a más texanos y protegiendo la salud pública y lo haremos sin pisotear las libertades personales de los texanos", dijo Abbott en un tuit en abril donde también anunció que prohibiría a las empresas privadas pedir pruebas de vacunación.
Y volvió a emitir la orden el mes pasado.
“Entre los niños de Texas que son elegibles, el promedio móvil de siete días de dosis administradas ha pasado de poco más de 10,500 en julio a más de 15,700. Seguimos animando a todos los texanos elegibles a vacunarse”, recalcó Renae Eze, secretaria de prensa del gobernador.
También señaló una legislación reciente que hizo posible el aprendizaje a distancia para los niños inmunodeprimidos. Ella dijo que las escuelas también han aprendido e implementado precauciones de seguridad.
Y, sin embargo, el número de casos sigue aumentando. Y esos niños también son un desafortunado vector de enfermedades para sus maestros. Dos maestros del Distrito Escolar Independiente de Connelly murieron recientemente, lo que provocó que el distrito cerrara los planteles.
San Antonio sigue luchando por recuperar sus poderes de emergencia. Andy Segovia es el abogado de la ciudad y dice que la ley de desastres de Texas, misma que el gobernador está utilizando para suspender los poderes a nivel local, tiene como propósito que el estado ayude a coordinarse después de un desastre.
Es novedoso porque por lo general el gobernador actúa en casos de emergencia sin decir que el gobierno no tiene ningún papel, agregó Segovia.
Al momento ya se enviaron cinco remolques mortuorios a San Antonio para ayudar a los hospitales de todo el estado que se habían quedado sin espacio. El alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, dijo que la previsión de las muertes debería haberse utilizado para detener la propagación.
"El hecho es que el estado está planeando que más personas van a morir de COVID. Tan es así que anticipan que los hospitales locales en todo el estado no podrán manejar la cantidad de muertes que van a tener", declaró Nirenberg.
Ocho condados en todo el estado están utilizando camiones refrigerados para almacenar cadáveres. El condado de Bell, que incluye Temple, Texas, ha solicitado un segundo remolque de FEMA con una capacidad de almacenamiento adicional de 50 cuerpos. La asociación de directores de funerales del estado donó varios remolques más pequeños.
A medida que más escuelas vean picos en las transmisiones de COVID, más maestros y estudiantes se infectarán y podrían morir.
Los médicos y muchos líderes locales desearían que el estado hiciera más para evitarlo.