Los obispos católicos de Texas, incluido el arzobispo Gustavo Garcia-Siller de San Antonio, han emitido una declaración dirigida al Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de los Estados Unidos sobre la decisión relativa a la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA son sus siglas en inglés).
La decisión del caso de Texas contra los Estados Unidos alteraría la presencia legal de unos 90,000 texanos que actualmente están protegidos por el programa DACA.
En su declaración, los obispos afirmaron que anticipan plenamente que la expulsión de los beneficiarios de DACA “afectará prácticamente a todas las comunidades de Texas” y pidieron compasión “para aquellos que, sin culpa alguna, se ven obligados a abandonar sus hogares, sus medios de subsistencia y sus comunidades”.
En el comunicado, los obispos también subrayaron la idea de que esta medida erosionaría el “derecho humano fundamental a buscar trabajo y a mantener a una familia”.
Los obispos expresaron que la afirmación del país de que los beneficiarios de DACA perjudican de alguna manera al estado de Texas carece de fundamento y que promover esta idea es una “acción desestabilizadora” por parte del gobierno que dañará a las comunidades al “fomentar el miedo, romper relaciones, afectar los negocios y alejar a algunas de las personas más íntegras de nuestra comunidad”.
El Papa León XIV ha hecho un llamado frecuente a la comprensión y la reflexión, pero también a la acción, ante la urgente crisis migratoria. En una conferencia organizada por la Universidad de Villanova el mes pasado, enfatizó la necesidad imperiosa de soluciones globales al fenómeno migratorio que ocurre en todo el mundo y afecta a 100 millones de personas. Su principal preocupación radica en la "globalización de la indiferencia", una frase acuñada por su predecesor, el Papa Francisco. Advirtió sobre los peligros de permanecer "inmóviles, en silencio y quizás entristecidos" ante el sufrimiento de personas inocentes.
Para los obispos, el problema real es que durante décadas no ha habido voluntad de “promulgar una reforma migratoria razonable y significativa”, una que pueda abogar por un sistema que respete la seguridad nacional junto con “el derecho humano a trabajar y formar una familia en paz”.
Instaron a las autoridades federales y estatales, incluidos los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE son sus siglas en inglés), a recibir la capacitación y supervisión adecuadas.
También extendieron su llamado a la compasión a los agentes del orden, afirmando que tampoco deberían sufrir actos de violencia contra ellos ni contra sus familias.
Además, hicieron hincapié en las posibles implicaciones de esta decisión, ya que victimiza tanto a funcionarios de inmigración como a beneficiarios de DACA. Explicaron que los funcionarios de inmigración, quienes deben considerar métodos brutales e inhumanos para la detención de migrantes, quedan expuestos a una violación de su propia dignidad humana.
El comunicado concluyó con un mensaje de apoyo a las comunidades inmigrantes, especialmente a quienes llegaron siendo niños. "Hemos escuchado sus súplicas", decía el comunicado. "Estamos con ustedes en estos momentos difíciles".
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom.
TPR fue fundado y es apoyado por nuestra comunidad. Si usted valora nuestro compromiso con los más altos estándares de periodismo responsable y puede hacerlo, por favor considere hacer su regalo de apoyo hoy.