SAN JUAN, Puerto Rico — Juan Vega Paredes ahora tiene una nueva forma de presentarse a las personas que conoce.
"Soy el hombre de los aguacates", dice sonriendo.
El hombre aguacate, su nuevo apodo, nació en uno de los peores días de su vida: el 26 de enero. Vega Paredes fue arrestado ese día por agentes federales de inmigración cuando salió a comprar unos aguacates.
Él es uno de los aproximadamente 500 migrantes dominicanos arrestados en Barrio Obrero, el corazón de la comunidad dominicana en San Juan, desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo en enero.

Según el ICE, cerca del 75 por ciento de las personas detenidas en la isla hasta ahora han sido dominicanos. Menos de 80 de las 500 personas detenidas por el ICE tenían antecedentes penales.
Muchas de las detenciones se han producido en esta comunidad pobre y de clase trabajadora. Estas redadas tienen en vilo a los vecinos y han transformado el barrio, que una vez estaba lleno de vida. Ahora, muchos restaurantes están prácticamente vacíos durante el día y la noche. Menos gente va a la iglesia y todo el mundo habla de inmigración, los agentes de inmigración.
Todo esto ha llevado a defensores de los derechos de los inmigrantes, abogados y algunos políticos a formar una alianza para tratar de hacer frente a las políticas de Trump.
El hombre de los aguacates

"Vine para trabajar, prosperar y dar a mis hijas en la República Dominicana una vida mejor", dice Vega Paredes.
Desde entonces, vive en territorio estadounidense sin estatus legal.
"A veces, cuando migras, te sientes raro", explica Vega Paredes. "Pero cuando llegué aquí, me sentí apoyado ... a pesar de mi dolor".
Aquí ha construido una vida estable. Trabaja en la construcción siete días a la semana construyendo casas.
Rara vez se toma días libres. Pero el domingo 26 de enero estaba cansado, así que no fue a trabajar.
En lugar de eso, Vega Paredes se levantó y fue a comprar unos aguacates para su esposa que estaba cocinando en casa. Mientras caminaba por una de las calles de Barrio Obrero, fue rodeado por agentes de inmigración.
Vega Paredes está casado con una ciudadana estadounidense y no tiene antecedentes penales. Pero ha estado viviendo en la isla sin documentos, y agentes de inmigración lo arrestaron.
Pasó algunas semanas en el Centro de Detención Krome en Miami, un lugar que algunos inmigrantes detenidos allí lo han descrito como "el infierno en la tierra".
Vega Paredes dice que recuerda que había hombres allí llorando de miedo, sin saber lo qué vendría después.
"Le decía a uno de ellos: 'Sé valiente'", recuerda Vega Paredes. "Pero por dentro estaba a punto de derrumbarme".
Vega Paredes fue trasladado posteriormente a una prisión federal de Miami, y finalmente puesto en libertad bajo fianza de inmigración de $10,000. Su próxima audiencia ante el ICE será en julio. No está claro qué ocurrirá después. El Departamento de Seguridad Nacional no respondió a las preguntas de NPR sobre el proceso.

"¿Recuerda a un hombre que fue detenido aquí mismo?" le preguntó.
Gómez sí se acordaba.
"Soy el famoso hombre de los aguacates", le dijo a la mujer.
Gómez, quien vive en la casa donde está ese hermoso árbol, también es dominicana. Tiene estatus legal para residir en territorio estadounidense, pero aún está afectada por el miedo.
Ella admite que sabe de muchos dominicanos arrestados por ICE, incluido el barbero que se escondió en un contenedor de basura, o el hombre conocido como El Pescador, un señor que trabaja de pescador y que fue detenido con su hijo.
"Ahora tenemos que llevar nuestros documentos de inmigración en todo momento porque nunca sabes cuándo te pueden detener", explicó.
Alianzas para contraatacar

Reconoció que las redadas de inmigración no son nuevas en Puerto Rico, pero esta vez son diferentes.
"No hay razón para que el gobierno repita las redadas en las mismas calles, frente a las mismas iglesias, frente a la misma plaza", dijo Martínez-Orabona. "Ninguna razón, aparte de querer criminalizar a esa comunidad".
En una entrevista con NPR, Rebecca González-Ramos, investigadora principal del ICE en Puerto Rico, rechazó las acusaciones de discriminación.
"Ha habido detenidos de todo tipo de países. No son sólo dominicanos", dijo González-Ramos. "La mayoría han sido dominicanos porque son la población más numerosa aquí procedente de un país extranjero".
En respuesta a las detenciones, la ACLU de Puerto Rico está encabezando una alianza entre abogados y el gremio médico, cuyos miembros ya están visitando a los pacientes en sus casas, ya que muchos tienen miedo y no salen a recibir atención médica.
"No vamos a violar la ley ni las órdenes del presidente", dijo el Dr. Carlos Díaz Vélez, presidente de la Asociación de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico. "Pero queremos salvar la salud de la gente, su seguridad y dar acceso a la atención sanitaria".
Los centros religiosos del Barrio Obrero, como la Iglesia Metodista de San Pablo, también están ayudando a los migrantes con alimentos y acceso a asistencia legal.

Es el corazón del Barrio Obrero, el lugar donde la gente se reúne, juega dominó y toma descansos.
Susana Rosario, de 61 años, se sienta allí en un banco todos los días. Es dominicana y ahora tiene la tarjeta de residencia, pero antes vivía aquí sin estatus legal. Trabaja para la ciudad de San Juan como barrendera y Barrio Obrero forma parte de su ruta.
"Apenas se ve gente por ahí", anotó Rosario.
Dijo que tiene sentimientos encontrados sobre las políticas de inmigración de Trump. Ella quiere que él elimine a "los que se emborrachan o hacen cosas malas", pero no a las personas que son trabajadoras, dice.
Rosario vive a unas tres millas del centro de Barrio Obrero.
Unos días después de su primer encuentro con NPR, la encontramos llorando en un banco.
Sus dos vecinos dominicanos — buenos chicos, como ella los describe — acababan de ser detenidos por el ICE en una obra cercana.
Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares, e Yvette Benavides, para NPR y The Texas Newsroom.
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