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Tercera semana de huelga de hambre en prisión de Texas por confinamiento solitario

An offender walks past a sign on a wall at the the Darrington Unit of the Texas Department of Criminal Justice men's prison in Rosharon, Texas.
Adrees Latif
/
Reuters
Un delincuente pasa junto a un letrero en una pared en la unidad Darrington de la prisión de hombres del Departamento de Justicia Criminal de Texas en Rosharon, Texas en 2014.

Lee esta historia en inglés.

Una huelga de hambre en las prisiones de Texas entró en su tercera semana cuando los hombres se negaron a comer en protesta por sus condiciones de vida.

Los hombres viven en confinamiento solitario, a menudo debido a que son miembros de pandillas en la prisión, más que a alguna infracción de las reglas.

El estado alberga a 3,100 hombres en aislamiento. A menudo se mantienen por períodos de tiempo indefinidos, que duran años o más. Hasta 500 de los hombres han estado en aislamiento durante más de una década.

Los reos buscan liberarse del “trato y condiciones inhumanos” del confinamiento solitario, dejar de pasar 22 horas al día en una celda y tener la oportunidad de demostrar que no son una amenaza para otros reclusos.

Numerosos estudios han resaltado el costo mental y físico que el aislamiento tiene para las personas, y un estudio lo comparó con la tortura física.

Un recluso describió un día típico.

“No hay mucho que hacer”, escribió a TPR. “Hay que tener en cuenta que estas celdas son pequeñas, de 4'x10'”.

Después de despertarse a las 6 a.m y cepillarse los dientes, el recluso dice que comienza a caminar.

“Tres pasos, gira, tres pasos. De ida y vuelta. Camino así hasta el almuerzo a las 10 a.m.”, dijo.

Después del almuerzo, camina durante otra hora y luego lee o dibuja. Después de algunas horas, vuelve a pasearse hasta las 4:00 p.m. Cena y luego lee o escribe cartas antes de volver a pasearse hasta las 10:00 p.m. Se enjuaga en el lavabo “a menos que en realidad se duchen” y luego lee hasta que se queda dormido.

Desde que comenzó la huelga, este recluso rompió su ayuno una vez, pero se reincorporó a la hambruna voluntaria.

“He perdido 12 libras. Mi pulso estaba alto y los riñones agrandados. Aparte de eso, estoy bien, solo mareado”, comentó.

Ha continuado porque la alternativa de continuar en solitario es inaceptable.

“El argumento no es sobre mi condena”, señaló otro recluso en aislamiento, quien admitió que se había metido en prisión a sí mismo por sus crímenes. “Se trata del trato, del abuso”.

Comparó sus condiciones de vida con las de los canes en las perreras y agregó que los perros reciben un mejor trato porque, entre otras cosas, las perreras tienen aire acondicionado. La mayoría de las prisiones de Texas no.

Además, los problemas de personal provocados por la pandemia en TDCJ han impactado dramáticamente a estos hombres. En una carta a los legisladores, dijeron que el acceso a las duchas y al aire libre se ha reducido severamente.

“No se está haciendo nada para corregir este problema”, indicó el interno. “Además de simplemente rechazar nuestras regaderas, y la recreación, incluso es difícil obtener atención médica. A veces los reclusos tienen que empezar a golpear las puertas para llamar a los oficiales o para recibir atención médica”.

Múltiples reclusos se han quejado de la imposibilidad de acceder a los recursos educativos o de acumular "tiempo bueno", lo cual se acredita en base al comportamiento para abogar respecto a su sentencia.

Dos docenas de hombres continúan negándose a comer dentro de las prisiones, 14 menos que la semana anterior, según el Departamento de Justicia Criminal de Texas. Los huelguistas están en cinco prisiones.

Esta es la segunda huelga de hambre en un período de 16 meses. En el mismo momento de la última huelga, solo seis hombres seguían negándose a comer, según los informes.

Hasta el momento no se ha necesitado ninguna intervención médica, recalcó TDCJ el lunes, y agregó que el 60% de los huelguistas actuales habían interrumpido su ayuno en un momento u otro. La agencia define una huelga de hambre como aquellos que han estado al menos tres días sin comer. TDCJ continúa monitoreando la situación, con personal médico pesando a los reclusos en huelga y tomando signos vitales.

Esta nota fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares e Yvette Benavides para NPR y The Texas Newsroom. 

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Paul Flahive can be reached at Paul@tpr.org